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Carolina Otero. La poética de lo sutil
El más reciente proyecto expositivo de Carolina Otero -artista venezolana residenciada en Houston, Texas desde 2013- se configura a partir de un repertorio visual en el que la naturaleza y el espacio se manifiestan como elementos recurrentes, relacionados a sus vivencias culturales en torno a la arquitectura y la música.
De infinita sutileza, su singular proceso de trabajo emerge desde los ámbitos de la introspección y el silencio interior. Concibe así, una expresión estética con voz propia y universal que nos refiere a la noción de L’ Inframince, concepto acuñado por Marcel Duchamp en un intento por describir aquellos matices efímeros y fugaces de nuestra realidad. La práctica creadora de Carolina Otero pareciera surgir del subconsciente y traducir lo casi imperceptible en un diálogo con las imágenes construidas, invariablemente, mediante el uso del collage y diversos medios que incluyen la fotografía, el dibujo, el grabado y últimamente los relieves en materiales diversos.
Resonantes con el paisaje, con los vestigios y arqueologías de antiguas y recientes civilizaciones, su imaginario visual explora lo primigenio mas allá del contenido, otorgando especial interés a las formas, al trazo y a la huella de lo humano. Con ello, no pretende representar lo real, se trata de captar la energía esencial de lo observado en un ejercicio relacional y contemporáneo. En su hacer, cada nueva pieza se articula mediante el principio de fragmentación recreando, a partir del detalle, delicados collages de dibujos antes descartados. Ambas estrategias confluyen como hilo conductor de una propuesta susceptible al tiempo y al lugar. Es así como de las constantes caminatas realizadas en pandemia se revelan sensibles diálogos con el entorno; de allí también emerge una poética de la intuición y el descubrimiento que, libre de categorizaciones, traspasa los límites entre lo real aparente y su abstracción. Cada una de las series de ésta -su primera exposición individual en Venezuela desde hace más de
una década-, deconstruye la imagen hacia un horizonte incierto para presentarnos una visión otra, mas subjetiva, que nos trasciende.
En Neumas, los pequeños relieves tallados en yeso parecieran transcribir un lenguaje críptico, similar a las escrituras musicales del medioevo, aquí despojado de contenido y transmutado en signos gráficos esenciales. La
disposición de estos posibles “vestigios culturales” se funde con el muro impoluto, en un sistema lineal articulado; mientras que, en Tablatura, el conjunto de fragmentos elaborados en cerámica blanca, configura un relieve estructurado en varias franjas de grafías transcritas de un dibujo previo transmutándose, ahora, en códigos de naturaleza táctil y vulnerable.
A partir de una práctica híbrida entre medios distintos, el dibujo y la fotografía expresan su autonomía en la serie Diálogos, estableciendo estrechos vínculos formales entre las nociones de naturaleza y arquitectura. En estas impresiones digitales se articulan fragmentos de formas y huellas efímeras -materiales y humanas- que revisitan hábitat y ecosistema, fijando el origen de una percepción personal. De su fascinación por las inmensas posibilidades gráficas actuales y la mezcla de materiales y tecnologías se origina Transiciones, una serie de pequeños y sutiles collages construidos con estampaciones de dibujos fragmentados sobre papel traslúcido. Y así también, concibe las sugestivas propuestas de una gráfica experimental titulada Time Travels-Confluence,
en la que combina conscientemente diversos procesos de impresión digital con la serigrafía tradicional.
Silenciosa, reflexiva y contemplativa, la sensible propuesta de Carolina Otero nos invita a explorar en el desconcierto, la insondable vulnerabilidad de lo humano y una ineludible conciencia de pertenencia.
Ruth Auerbach